En el centro de los desafíos de soberanía y del combate colaborativo, los sistemas de PNT resilientes (Posición, Navegación, Tiempo) contribuyen al control y la precisión de los datos para proteger las actividades militares y civiles.
Vivimos en un mundo cada vez más conectado y el campo de batalla no hace excepción a esta regla. «Marineros, soldados o incluso pilotos están conectados a sus barcos, tanques, aviones, así como a los drones que los asisten y a sus armas», explica Walid Zarif, director comercial de Safran Electronics & Defense. En esta nueva forma de combate, llamado combate colaborativo, el personal militar operativo recibe una gran cantidad de información en tiempo real, lo que le permite tener una visión completa y precisa de la situación táctica.
Sin embargo, esta lucha en red plantea un gran desafío: ¿cómo garantizar la precisión y la seguridad de los datos intercambiados en un entorno que cambia constantemente? Esto es lo que se conoce como la integridad de los datos.
Si bien este desafío está relacionado con los datos, uno de ellos es más crucial que los demás: la capacidad de geolocalizar a humanos y máquinas, ya sean aliados o enemigos. Información cuya precisión y fiabilidad son necesarias para el buen funcionamiento de las operaciones así como para evitar daños colaterales. Así es como, en el campo de batalla, Estados Unidos creó la noción de Blue Force Tracking: los soldados aliados están marcados en azul, las posiciones enemigas en rojo.
Hoy en día, los sistemas de PNT se utilizan principalmente para el posicionamiento satelital (GPS, Galileo, etc.). Los receptores terrestres reciben señales de los satélites para determinar nuestras posiciones. Estas señales pueden ser falsificadas o bloqueadas, ya sea intencionalmente o no.
«Ya sean comprados por unos cuantos dólares o desarrollados como un instrumento de guerra electrónica por los Estados, los dispositivos de interferencia se están multiplicando cada vez más y afectan los teatros de operaciones, pero también la seguridad de los entornos civiles», explica Walid Zarif.
Y es que se pueden utilizar tanto para evadir las operaciones de las guardias costeras (control pesquero, lucha antinarcóticos o misiones de vigilancia del tráfico naviero) como para proteger instalaciones sensibles de los ataques de misiles guiados por satélite durante conflictos de alta intensidad.
Una amenaza que impulsa a los países y a sus ejércitos a dotarse de tecnologías de PNT cada vez más fiables, resilientes y que estén disponibles incluso en caso de pérdida del posicionamiento por satélite.
Las tecnologías de navegación inercial han probado su eficacia para determinar la posición y los datos de navegación. Por eso, se utilizaron durante hace más de 50 años en Le Redoutable, un submarino nuclear de misiles balísticos.
En cuanto a los datos de tiempo, sigue siendo fundamental comprobar la integridad de las señales enviadas por los satélites. Además, es necesario proteger las intercomunicaciones indispensables para el combate colaborativo. El uso de relojes atómicos, considerados como la herramienta de medición de tiempo más precisa del mundo, es de gran utilidad en ese sentido.
De ahí que estas dos tecnologías son esenciales para la fiabilidad de una solución de PNT compartida en red. La combinación de ambas cubre las necesidades de integridad tanto del sector de la defensa como de las infraestructuras civiles cruciales, como los data centers o los sistemas de votación electrónica.