Viajar en un avión propulsado por combustible hecho de aceites de cocina está a punto de hacerse realidad. Los biocombustibles o combustibles de aviación sostenibles (SAF, por sus siglas en inglés) constituyen uno de los ejes en los que Safran está trabajando para lograr la neutralidad de carbono en 2050. ¿Cómo responde Safran a este desafío técnico y ecológico?
Los combustibles del futuro deben ser sostenibles, este es el objetivo que se han marcado Safran y los actores de la aeronáutica para lograr la neutralidad de carbono para el 2050. Un gran desafío, ¡pero ya existen soluciones! Una de los ejes del Grupo es mejorar la eficiencia energética de las aeronaves, gracias, en particular, a la sustitución progresiva del queroseno por combustibles alternativos conocidos como «sostenibles».
«Estos combustibles sostenibles ofrecen una ventaja fundamental en términos de reducción de la huella ambiental, ya que a lo largo de todo su ciclo de vida permiten reducir la huella de emisiones de CO2 en alrededor de un 80 %.»
Los biocombustibles, a menudo derivados de la biomasa, permitirían reducir las emisiones de CO2 en un 80 %, ¡un ahorro considerable! La otra ventaja de estos combustibles drop-in es que pueden ser utilizados en la actualidad sin necesidad de modificar la aeronave, su modo de uso ni las infraestructuras aeroportuarias.
Hasta la fecha, siete tipos de biocombustibles aeronáuticos están certificados y seis de ellos se pueden utilizar combinados en hasta un 50 % con queroseno. Entre estos, Safran desea dar prioridad a los biocombustibles derivados de residuos vegetales, cuya producción no compite con la agricultura alimentaria. En concreto, se pueden fabricar SAF a partir de residuos agrícolas o de alimentos.
Safran y TotalEnergies firmaron un acuerdo estratégico en septiembre de 2021 con el objetivo de desarrollar conjuntamente soluciones técnicas y comerciales destinadas a promover el crecimiento del sector de los combustibles sostenibles para la aviación.
Desde entonces, las pruebas en banco y en vuelo de aviones y helicópteros impulsados por SAF se han multiplicado. El 14 de octubre de 2021, un Boeing 737 MAX-8 equipado con un motor CFM LEAP-1B despegó con un 100 % de SAF en su tanque. El pasado mes de febrero, Safran Helicopter Engines, asistida por TotalEnergies y Airbus Helicopters, lideró el primer vuelo de prueba de un helicóptero NH90 en el que uno de los dos motores funcionaba con biocombustible. ¡Incluso los programas militares participan en la carrera por una aviación libre de carbono! En julio de 2022, un Airbus A400M realizó un vuelo de prueba con uno de sus motores TP400 propulsado por un 29 % SAF.
En 2017, la Comisión Europea inició el proyecto de investigación JETSCREEN para comprender el impacto de los SAF en los sistemas de combustible, proyecto en el que Safran Aerosystems ocupa un lugar especial ya que produce el sistema de medición y distribución del combustible.
Como continuación de esta investigación, el proyecto VOLCAN fue lanzado en 2021 por Airbus, junto a un consorcio que incluye a ONERA (el centro francés de investigación aeronáutica), Dassault y Safran y con la participación de equipos de Safran Aerosystems, Safran Aircraft Engines, Safran Helicopter Engines, Safran Filtration Systems y Safran Tech. El objetivo es estudiar el efecto de los SAF libres de aromáticos y azufre para conocer, por un lado, el efecto del combustible en la aeronave (compatibilidad con el motor y el sistema de combustible de la aeronave) y, por otro lado, el efecto del combustible en las emisiones del motor y las estelas de condensación.
Y es que la combustión de combustibles sostenibles libera casi la misma cantidad de CO2 que la combustión de combustibles fósiles convencionales. El ahorro que aportan los combustibles sostenibles se observa en el balance general: el CO2 liberado durante el funcionamiento del motor fue capturado durante el proceso de fabricación del combustible.
En el marco de VOLCAN, el 28 de octubre de 2021 se llevó a cabo el primer estudio en vuelo de un avión de pasillo único propulsado con un 100 % de SAF, sin mezclar.
Líquido o gaseoso, puro o sintético, utilizado como sustituto del queroseno, este combustible innovador está en el corazón de las investigaciones actuales y, sin lugar a duda, propulsará algunas de los aviones del futuro. Los equipos de Safran están trabajando en tres posibles formas de uso:
Bajo su forma criogénica, es decir un líquido a -253°C, el hidrógeno se integraría directamente en la aeronave. Esta solución es atractiva porque teóricamente la combustión de hidrógeno emite solamente agua, pero implica muchos cambios para los sistemas de distribución y almacenamiento de combustible.
El hidrógeno podría asociarse con CO2 captado en la atmósfera o extraído de desechos industriales para crear queroseno sintético. Este «electrocombustible» también llamado «Power-to-Liquid» tiene la ventaja de ser compatible con las aeronaves actuales y la logística existente.
También se considera el uso del hidrógeno en una pila de combustible, pero se limitaría a los aviones pequeños.